Gente Nuestra

Villa de Grado - Asturias - España

Moscón

San Martín de Lodón
Mapa de la zona Canta - Juan Antonio Brañas (1,8 Mb.) Belmonte de Miranda
Convento de Santa María de Lapedo
 

El concejo de Belmonte de Miranda, que integra, junto al de Somiedo, la comarca de Pigüeña, limita al norte con Salas, al este con Grado, al sur con Somiedo y Teverga y al oeste con Tineo. La AS-227, que cruza longitudinalmente todo el sector occidental del concejo, es su principal vía de comunicación. Está situado, por tanto, en el interior del área occidental asturiana, y presenta un relieve accidentado y de elevada altitud media, marcado por el contraste entre las grandes sierras - las de Bexega, Arcéu, Montovo, Bustariega y el cordal de Porcabezas - y el estrecho valle del río Pigüeña, que atraviesa el concejo de sur a norte y divide en dos a la villa de Belmonte, su capital. Además de ese río y sus afluentes este municipio abarca parte de la vega del Narcea. Constituye un espacio privilegiado desde el punto de vista medioambiental, con numerosas especies vegetales y fauna autóctonas, sobre todo de montaña. El sector sudoriental del concejo forma parte del Parque Natural de Somiedo. Sus sierras muestran además las huellas de su antiguo poblamiento, ejemplificadas por los túmulos del camín real de La Mesa y el monte de La Escrita, y el castro del Pico Cervera, así como por las explotaciones auríferas de época romana, abundantes en toda la comarca. En su accidentada orografía se llega prácticamente desde el nivel del mar, hasta cotas cercanas a los 2.000 m., con agrestes sierras como la de La Mesa o el cordal de Perlunes.

Un gran aliciente para el visitante son las varias rutas que se pueden realizar por el concejo, de las que destacamos la Ruta Vaqueira, un hermoso itinerario por la sierra de Bexega, donde se suceden pueblos habitados por vaqueiros; en esta ruta existe una zona con vestigios de explotaciones auríferas. O la ruta a pie de la Calzada Romana o Camino Real de la Mesa, un fastuoso recorrido digno de mención, donde encontraremos vestigios de un castro Celta. Uno de los mayores atractivos del concejo es su abundancia en caza (corzo, jabalí y abundantes bandos de perdices) y en pesca (salmón del Narcea y truchas en Pigüeña y sus afluentes). En gastronomía, una especialidad del concejo lo constituye el Sollombu a la manteiga, se trata de un chuletero de cerdo, deshuesado, adobado con ajo, sal y pimienta.

En la Villa puede visitarse el Museo del oro, con una completa aula didactica, en el que se ven los origenes de la minería del oro en la zona, desde tiempos de los romanos hasta la actualidad.

Constituye un espacio privilegiado desde el punto de vista medioambiental, con numerosas especies vegetales y fauna autóctonas, sobre todo de montaña. El sector suroriental del concejo forma parte del Parque Natural de Somiedo. Sus sierras muestran además las huellas de su antiguo poblamiento, ejemplificadas por los túmulos del camín real de La Mesa y el monte de La Escrita, y el castro del Pico Cervera, así como por las explotaciones auríferas de época romana, abundantes en toda la comarca.

Bello monte es, justamente, la adjetivación más apropiada que podríamos encontrar para distinguir el paisaje belmontín. De ahí el nombre Belmonte, con el que , a partir del siglo XIII, se rebautizaría el Coto de Lapedo (litos, piedra) como consecuencia de los cambios paisajísticos producidos por los variados cultivos realizados al amparo y  bajo la dirección de los monjes cistercienses del convento de Santa María que, durante siglos, ejerció el dominio jurisdiccional y directo sobre los territorios de este Coto abacial.

La historia del Concejo se remonta a la Edad del Bronce, así lo prueban algunos vestigios históricos. También está presente la cultura de los castros y, más tarde, la romanización dejó su sabia huella con valiosos testimonios de ingeniería como la calzada, que unía Asturias con la Meseta, o el machucu hidráulico que , restaurado, se conserva en perfecto estado de funcionamiento.

En 1032, Bermudo III permuta al conde Pelayo Froilaz y a su mujer la condesa Ildoncia, su villa de Lapedo (hoy Belmonte) por otra villa, llamada Framiliani, en el territorio de Asma.

A partir de donaciones, compraventas, cambios y préstamos hipotecarios, el Coto de Lapedo empieza a constituirse a fines del siglo XI, completando su territorio en el siglo XIII, y permanece prácticamente hasta el siglo XIX cuando, con la desamortización de Mendizábal y Madoz, el proceso llegará a su fin al perder los monjes el dominio jurisdiccional y directo, pasando el primero al Rey y siendo adquirida la propiedad por particulares.

En el libro Tumbo del Monasterio se recogen los acontecimientos más importantes de este largo período y se certifica que el Monasterio poseía mucha y muy buena hacienda en los Concejos de Somiedo, Miranda de Arriba, Miranda de Abajo y Grado, y en el Coto de Valcárcel, también describe como se arrendaban, en invierno, las brañas a los vaqueiros que, desde la primavera al otoño, cuidaban en las somedanas de sus ganados.

Folclore y Gastronomía

Costumbres Asturianas enriquecidas por la presencia periódica de los Vaqueiros de Alzada se traducen en una importante y variada riqueza folclórica. Tiene una excelente oferta gastronómica basada en las recetas tradicionales del llar que siguen utilizando los productos de la tierra, imprescindible mención al pan de escanda, de las ganadería, de la caza y la pesca, para coronar la oferta con una golosa repostería.

Las jornadas de los arbeyos con jamón, en junio, y las del pote de berzas y carne roxa en noviembre, representan dos citas claves en un concejo que cuenta entre sus manjares el «sollombo a la manteiga», la caza, el cabrito, o el pan de escanda.

Flora y fauna

No existe más barrera con el Parque Natural de Somiedo que la puramente administrativa. En cuanto a la flora y fauna la cuenca geográfica del río Pigüeña y su más importante afluente, el río Somiedo, no obstante, es obligado señalar que primavera y otoño llenan de color un paisaje absolutamente singular, donde la variedad y densidad faunística son atractivos de primer orden: desde el oso a la nutria, pasando por el salmón y la trucha, y bajo el vuelo del águila y el urogallo , la posibilidad de ser testigos de la vida natural es una invitación permanente al paseo y a la observación.

Constituye un espacio privilegiado desde el punto de vista medioambiental, con numerosas especies vegetales y fauna autóctonas, sobre todo de montaña. El sector suroriental del concejo forma parte del Parque Natural de Somiedo. Sus sierras muestran además las huellas de su antiguo poblamiento, ejemplificadas por los túmulos del camín real de La Mesa y el monte de La Escrita, y el castro del Pico Cervera, así como por las explotaciones auríferas de época romana, abundantes en toda la comarca.

Deportes

Rutas variadas a pie, a caballo o en mountain bike, con diferentes grados de dificultad y extensión que permiten la elección más adecuada, son una invitación permanente al disfrute de la naturaleza, teniendo, por otra parte, una magnífica oferta en caza, mayor y menor, y en la pesca del salmón, en algunos de los mejores cotos del río Narcea, y de la trucha por una amplia red fluvial.

En la parroquia de Leiguarda podemos disfrutar de un área recreativa que ofrece un gran número de centenarios castaños para descansar del camino de las rutas. Se trata del área de Vigonzález en la ribera del río Pigüeña. Para acceder a ella, desde la N-634 (Cornellana) se debe tomar la AS-15 hasta San Martín de Lodón. Después de continuar por la AS-227 y unos 5 kilómetros antes de llegar a Belmonte, en Selviella, se encuentra el área.

Ruta vaqueira
Saliendo de Selviella (a 6 kilómetros de Belmonte) llegamos a Bello, pueblo de gran influencia en tiempos medievales. Continuamos la ruta, llegamos al pueblo de Begega, capital parroquial y donde en época romana existió una explotación aurífera. En la carretera de La Brueba se pueden observar vestigios de la conducción romana para llevar agua a la explotación a cielo abierto de Begega. Cuenta este pueblo con una casa solariega de los Begega-Florez. En sus proximidades sobresale el valle de Begega donde hay una bella capilla en ruinas. A continuación tomamos el camino que nos lleva al alto de Carricedo. La bajada hasta el valle del Pigüeña es vertiginosa, abriéndose ante nosotros un impresionante paisaje de valle y elevadas cresterías.

Ruta del valle de Pigüeña:
El itinerario de la carretera general que se mantiene en paralelo al río es una oferta paisajística inolvidable. En este valle, desde el puente de San Martín hasta Aguasmestas la vista se recrea en la frondosidad de la vegetación: alisos, álamos y todo tipo de sauces se alternan en la ribera mientras que castaños, robles, avellanos, fresnos, hayas y abedules se escalonan laderas arriba, un conjunto salpicado por la retama florida y, durante la primavera, el blanco de la flor de los cerezos silvestres.

Ruta Campo Leo
Recorrer los pastizales de Campo Leo, ladera oriental de la Sierra de Peñamanteca para acceder al Picu L'Horru o Peñamanteca supone un auténtico regalo para los senderistas. A través de laderas salpicadas por preciosas cabañas de piedra accederemos a este mirador extraordinario techo del concejo (1527 metros) que nos desvela los misterios de la intrincada geografía de los valles somedanos. En una panorámica de 360º domina practicamente el conjunto de las tierras de Asturias, de este a oeste, desde los Picos de Europa hasta los confines de la provincia de Lugo. Y de norte a sur de la costa a la cordillera Cantábrica. El acceso a Campo Leo puede realizarse desde Las Estacas por encima de Acicorbo y también desde Vigaña o por la braña de Cigüedres.

Ruta Calzada Romana
Es una antigua vía de penetración en Asturias desde tierras castellanas. Utilizada por romanos y musulmanes recorre el concejo de sur a norte, discurriendo siempre por cumbres y cordales sin apenas desniveles, para presentar las más insólitas panorámicas. El acceso se puede realizar desde Las Cruces en el norte, San Martín de Ondes en el centro del concejo y Montonovo al sur. Su recorrido por La Corredoria, el alto del Mouro y Cueiro y la posibilidad de coronar cimas como el Cervera, Porcabeza (Peñas Negras) o el Monegro, se pueden realizar con sorprendente comodidad.

La caza y la pesca
Son uno de los atractivos del concejo más interesantes para los aficionados puesto que Belmonte tiene en su fauna especies que, tanto en caza (jabalí, corzo, perdices) como en pesca (salmón en el Narcea y truchas en el Pigüeña) pueden considerarse reinas. Existen además dos cotos de pesca sin muerte: uno ubicado en la villa de Belmonte y otro en Selviella, donde también hay una escuela de pesca.

Por valles, desfiladeros, montañas y praderas, el concejo de Belmonte de Miranda ofrece a los amantes de la naturaleza un interesante abanico de posibilidades, a lo que hay que añadir una importante red de caminos vecinales, desarrollada entre los numerosos pueblos del concejo, y aún sin descubrir por los practicantes del senderismo.

Pueblos del Concejo:

San Martín de Lodón, Selviella

Capital: Belmonte de Miranda
Población: 2822 habitantes
Extensión: 207 km2

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